El primer parte de este pasaje golpea muy fuerte al ego como una piedra. Necesitamos intencionalmente poner nuestros mismos bajo unos a otros en respeto de Cristo. No porque ellos merecerlo pero por causa de Cristo. Difícil a hacer pero si fuimos a hacerlo impediría muchas problemas en la iglesia.
Siguiente hay un mandato a las esposas. Este es entre ellas y Dios. Ellas deben poner sus mismas abajo sus esposos, maridos. No esposo, marido de otro hombre pero su mismo esposo, marido. Como esposos, maridos, debemos recordar que este no es nuestro trabajo a ponerles abajo de nuestro liderazgo no este es entre nuestras esposas y Dios.
Sin embargo entonces somos esposos, maridos, como cabezas, lideres, necesitamos seguir el ejemplo de Cristo. La Palabra de Dios no dice que necesitamos imponer nuestra liderazgo sobre nuestras esposas no este es el trabajo de Dios no nuestros. En cambio curiosamente en este contexto tiene que Cristo es el Salvador de la iglesia. Entonces cuantos veces hemos dado nuestros mismos para nuestras esposas. Este es nuestra responsabilidad como el líder, cabeza.
Otro vez el pasaje habla de la esposa, otra vez este es entre ellas y Dios. Si, ellas deben seguir el ejemplo de Cristo y la iglesia por medio de siendo sumiso la cual es su obediencia a Dios. Como maridos esta nuestra responsabilidad a ser como Cristo, a someterse a Él. Justo como en 1 Pedro 3:1 adonde la esposa gana el marido que no crea. Como maridos debemos constantemente buscar a ganar nuestras esposas. Aún como creyentes debemos buscar a traer nuestras esposas más y más cerca a Cristo por medio de nuestro sumiso a Cristo. 1 Corintios 11:3 - "Pero quiero que sepan que la cabeza de todo hombre es Cristo (el Mesías), y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios."
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